domingo, 17 de abril de 2016

El Salto.~♥

Vi que venía hacia mí, en realidad, yo la estaba esperando en la entrada de su casa junto a las pequeñas escaleras frente a su puerta.
- ¿Qué sucede? Luces enferma.-dijo mirándome preocupada a los ojos,
- Bueno, yo... tuve la noche más perturbadora.-le decía con mi vista plantada al suelo.- Yo... vi...-respiré profundo, como si el alma intentara escaparse de mí al recordarlo.- No... no sé lo que vi. Quizá fue sólo un sueño.-contesté al fin observando sus cálidos ojos llenos de dudas.- Entonces yo, uhm, vine a ver si ésto, también, era un sueño. Que te dignes a casarte conmigo.-sonriéndole al fin un poco tímida.
- ¿Estás segura que tu amor por mí no es el sueño, del que despertarás cualquier día?-Su voz sonaba algo quebradiza temiendo una dolorosa respuesta.
- No en esta vida, ni después.-mi sonrisa cada vez era más notable, y comencé a acercarme a ella.- Mi corazón es por siempre tuyo. Estoy segura de ello. En el amor, ahora entiendo la fe, y con mi fe, yo ahora empiezo a entender el amor.-comencé a tocar su largo y oscuro cabello con mis finos dedos.
- ¿Cómo es eso?-preguntó sin quitarme los ojos de encima.
- El salto.-su rostro reflejaban desentendimiento.- En el amor y la fe, las pruebas sólo te llevan hasta cierto punto.-comencé a subir los tres pequeños escalones frente a su puerta.- Y, entonces, ahm...-llegué al último y sólo la miré.- Entonces...- Abrí mis brazos extendiéndolos y di un pequeño brinco de nuevo al suelo delante suyo. Volteé lentamente a ella quién me miraba con una sonrisa adorable y levemente sorprendida.
- Y tras el salto, ¿entonces qué?.-su rostro volvió a apagarse.- ¿La caída?.-parecía querer llorar.
- No.-me acerqué a ella detenidamente, y mis manos la tomaron de su dulce rostro, con mis ojos en los de ellas dejando a relucir sin miedo mi amor, y dije sin titubear:- Vuelo.
Noté sus ojos brillar, y sin resistirme acerqué mi rostro al suyo con delicadeza, y posé con suavidad mis labios sobre los suyos, besándola sin más palabras que decirle, demostrándole de esa manera que mi corazón era incondicional para ella por el resto de mis días y vidas existentes.
Tras esa pasión y emoción compartida nos separamos, riendo levemente al observar nuestro alrededor. Acaricié su cabello, y mi mano se deslizó por su rostro, bajando por su hombro y mientras más me alejaba para marcharme más recorría su brazo hasta el final donde nuestros dedos fueron los últimos en despedirse. Vi cómo sonrió, dejándola segura y satisfecha de mis emociones.Y yo, feliz de saber que no era un sueño imaginario, era un sueño hecho realidad.


Cuando encuentras a tu otra mitad, aún siendo tan diferente de ti y a veces tan iguales, sientes que estás al fin completa. No completa de esa manera que crees estar con cualquier otra persona, no, en ésta ocasión única notas que es diferente, más fuerte, verdadero y puro. Sabes que por esa mitad darías lo que fuera, sin pensarlo dos veces porque sabes que has encontrado lo imposible y ahora debes cuidarlo para no perderlo y que sea para ti siempre y por siempre. Porque es una conexión que temes no volver a tener nunca más con nadie, y ahí es donde te das cuenta que no hay alguien más en el mundo más perfecto para ti, que esa persona. Tu otra mitad.

Hoy quiero decirle nuevamente a esa mitad:

Feliz Aniversario, Amor. Gracias por todo lo que haces por mí, sos mi heroína favorita quien hace todo sin pedir nada a cambio, y esto es el breve adelanto que tengo para usted. Y que dejes de ponerme carita de Weasley porque tu manera de mostrar amor es otra y no es por escrito, éso es mío, no me lo robes, hahaha. El cariño que me brindas día a día y con esos detalles que sueles tener conmigo son más que suficiente para mí. Siempre me haces muy feliz y eso es lo que me gusta de ti.
Te amo muchísimo, hermosa, por muchos años más juntas, miles y millones más.~♥












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