lunes, 24 de diciembre de 2012

Detrás de los lentes.~♥

En una noche con amigas pasamos el rato con música, juegos, prendas, risas, charlas, y demás cosas. Comimos cosas dulces, saladas y totalmente chatarras. Nos sacamos hasta fotos graciosas y todo lo que sucedía era diversión. Después de las locuras y las cosas raras pasaron las horas, decidimos mirar las películas de terror que alquilamos, en el segundo piso y disfrutar lo que quedaba de la madrugada más tranquilas, bueno, si es que se podía decir eso, ya que iban a asustarse mucho y yo asustarlas aún mejor.

Cuando nos acomodamos en los colchones, yo quería, aunque sea, recostarme a su lado y sentir el aroma de su cabello, su piel y el perfume de su ropa. Mirar sus ojos color miel a través de sus anteojos. Pero una amiga me pidió que me acostara con ella, y lo hice. Se acomodó y apoyé mi cabeza en su pecho, esperando a que comenzara la primer historia de terror, no más yo sólo podía concentrar mi vista en ella, al otro lado del cuarto sin sospechar nada o eso es lo que quería creer.
Todas mirábamos la televisión, algunas gritaban y otras nos reíamos a carcajadas, estaban casi todas muy asustadas menos ella, otra chica y yo. Hasta que se escuchó un ruido de algo golpeando bruscamente una puerta. Primero pensamos que venía de la película, pero no, ya que se volvió a escuchar claramente por segunda vez y decidieron ver qué era. Ella dijo con un poco de temor pero sin dejar su valentía:

- Voy a revisar abajo. ¿Alguien me acompaña? Por favor...
- Hubo un silencio muy corto- Yo voy.-Dije confiada.
- Gracias.-Respiró unos segundos y añadió:- ¿Vamos?
- Sí, vamos.

Ella bajó primero las escaleras sin miedo alguno, yo le seguía el paso detrás, reviso la puerta delantera, yo la trasera, siguió por la cocina mientras me encargaba de revisaba el baño, pero tampoco nada, regresamos a la entrada, decidimos cerrar bien las ventanas y apagar las luces para que no se vieran las cosas de adentro del departamento. Antes de apagar la luz dijo:

- Me da miedo apagarlas. Va a quedar todo oscuro.
- Pero no vas a estar sola, estás conmigo.
- Sí, ya lo sé, pero todavía me da un poco de miedo la oscuridad
- Hagamos una cosa.
- ¿Qué?
- Cerra los ojos y solamente confía en mí.
- Eso me va a dar más miedo, no ver.
- No, es mejor, créeme e inténtalo.
- ¿Segura?-Rió nerviosa.
- Muy, confía.

Y logré que cerrara sus preciosos ojos claros, tomé una de sus manos para brindarle seguridad y con la otra apagué las luces. Ya estaba todo negro y le susurré:

- ¿Tenes miedo?
- No.-Dijo suave y relajada
- Abrí los ojos.

Al abrirlos sonrió y pregunté:

- ¿Ves la diferencia?
- Es verdad, no la hay. Gracias.

Inesperadamente algo cayó en la parte trasera de la casa, sujetó mi mano con más fuerza aún y se encogió de hombros volviendo a cerrar sus ojos. Le dije que sólo fueron los vecinos, se escuchaba sus voces y la charla que mantenían. Luego el ruido de una puerta cerrarse y un silencio dudoso.

Asustada dijo:- No quiero abrir los ojos.
- Entonces no necesitaras ésto.-Y deslicé sus anteojos por su nariz, quitandoselos y se los coloqué en el cuello de su camiseta. Su mano comenzó a dar más calor y creo que se imaginó lo que yo deseaba.

- Yo no soy...
-La interrumpí:- No hace falta ser algo para querer o amar a alguien, sólo disfrutar el sentimiento.
- Lo hago, pero tengo un poco de vergüenza.
- Ya no lo tendrás.

Acaricié su tierno rostro, tomó mi mano que posaba en su mejilla y suspiró. Me acerqué a ella, retrocedió despacio unos pocos pasos hasta que tocó, a pocos centímetros, la pared.
Su respiración era agitada, la mía calmada, incliné mi cabeza hacia abajo y un poco a la derecha haciendo que su aire explotara con el mío. De pronto ninguna respiró y ella apretó mi mano que sostenía su rostro. Su nariz tocó la mía y sin darme cuenta, me besó. Su labio atrapó con suavidad al mío y sentí que a la vez que volaba, hacía confusión en su mente y corazón. Me sentía un poco mal por eso, aunque de todos modos ambas lo estábamos disfrutando.
Los segundos que pasaron nuestros labios unidos fue una sensación muy nueva e inocente para las dos, más que nada para ella. Así que decidí liberar nuestras bocas y ver que sucedería luego.

Me miró de manera dulce pero a su vez temerosa y luego de compartir tres segundos el silencio, me abrazó con fuerza y dijo:

- Te quiero, pero... no digas nada.
- No lo haré, sólo será un secreto entre vos y yo.
- Gracias.-Dejó de rodearme con sus brazos y me volvió a besar de esa manera tan tierna que tiene su persona. Sonrió en la mitad del beso y volvió de hablar:- Besas muy lindo... Y tus labios son suaves.
- Los tuyos más.-Respondí e indagué coqueta:- ¿Pensaste eso aquella vez que te besé sin querer?
- Sí-dijo riendo un poco y añadió:- Se ve que de todos modos ibas a ser mi primer beso.

Ahora yo fui quién la besó con una sonrisa. Pocos segundos después escuchamos que bajaban las escaleras algunas de las chicas y nos separamos para nada disimuladas. Sólo nos miraron con caras de culpa y rieron. Nos dijeron que se habían preocupado y vinieron a ver qué sucedió. Así que hicimos como que no había sucedido nada y volvimos a ver la película.

Pasó la noche, la luna se escondió y saliendo el sol se volvió día terminando con todo. Desde aquél día no la volví a besar, y cuando la veo me resisto besarla en público. De todas maneras, fue lindo compartir aunque sea un momento con ella, un recuerdo más y una sonrisa pícara.


Aunque no es mucho, es algo y así debe ser con todo. O eso creo.~