lunes, 27 de febrero de 2023

Mis páginas.~




Capítulo I: Rompecabezas

En su amor construíamos un rompecabezas,
que medida avanzaba más se distorsionaban las piezas.

Le gritaba a mis esquinas que no encajaban con las suyas,
al parecer no le gustaba nada como se conformaban mis curvas.

Terminé recortando mis bordes para complacerle,
ajustar mis tamaños intentando coincidir en sus reclamos.
Y ni así fue suficiente.

Cuatro vueltas al sol fueron precisos,
para darme cuenta del desastre que dejé por vos en el piso.

Cada corte que me di para encajar contigo,
me di cuenta que me habían autodestruido.

Seguí sin entrar bien en su rompecabezas, y ahora ya no encajaba más en el mío.
Con tantos tajos cortados, fui consciente que yo también me había perdido.


Capítulo II: Quema

Estos pensamientos que me rondan en la mente,
indagando quién soy yo entre tanta gente.

Sé lo que no soy, y lo que no quiero ser.
Pero no sé cómo evolucionar a lo que deseo frente al espejo ver.

Siento cómo me queman las incógnitas,
atravesando duramente cada rincón de mi memoria.

No es el ardor que me provocaría sólo un intenso fuego,
más bien es la agobiante quemadura del tacto de un hielo.

Que al contacto con mi piel, se desmorona,
y al hacerme tanto daño, el también se evapora.

Si bien sus marcas quedaran en mi piel,
no logrará detener como algún día seré.

Alguien libre y disfrutando estar bien, mientras que su recuerdo
quedará olvidado con los males del ayer.


Capítulo III: Hogar

Cuando estaba con mis piezas destrozadas,
me encontré en el camino una casa que estaba igual de desarmada.

Con el tiempo fuimos juntas recomponiendo nuestras partes.

Usando cada lágrima como pegamento,
y cada risa como martillazo a los cimientos.

Poco a poco nuestros pedazos se fueron uniendo,
construyendo entre las ruinas; un nuevo reino.

En el momento que me di cuenta, esa casa y yo éramos una.

Compartiendo cada día una nueva aventura,
donde la alegría era el presente, y la tristeza una antigua bruma.

Después de mucho tiempo batallando con las quemaduras y el fuego,
encontré mi hogar donde ya no había más miedos.

Y debo darle las gracias a esta bella casa, que me salvó de cada incendio nuevo.
Podría haberme incinerado otras mil veces, pero llegaba con agua siempre a tiempo.

Desde las cenizas comenzaron a crecer nuevos brotes,
cada día en su refugio fue sacándome a flote,
y en cada nuevo tallo fueron apareciendo más flores.

Agradecida estoy, te quiero tanto, como ahora yo me quiero.
Desde mi corazón, hasta el infinito cielo.
Indudablemente sin vos, no lo hubiese hecho.


Capítulo IV: Perfume

Ha pasado un tiempo desde la primera vez que sentí sus aromas,
un vago recuerdo de lo que luego una añora.

Ha pasado un tiempo desde la millonésima vez que disfruté sus abrazos,
una dulce memoria de lo que fueron nuestros lazos

Ha pasado un tiempo desde la última vez que sonreí con sus risas,
una sensación que se mantiene y vuelve a mí cuando me acaricia la brisa.

Ha pasado un tiempo, lo sé, pero mi amor por aquellos que alguna vez aprecié,
se han mantenido conmigo como si fuera la primera vez.

Tal vez por miedos mi cuerpo se alejó de ustedes,
pero mi corazón mantiene el cariño que le dieron lo mejor que puede.

El arte y el placer de haber conocido a bellas personas, que provocan emocionarte tanto al deleitarnos con sus sonrisas y sus obras.

Logrando reencontrarte, y que nuevamente dulces sentimientos afloran.

Sin siquiera saberlo, fueron mi combustible, que continuaba consumiendo.
Cada perfume, cada abrigo, cada voz; me ayudaron a poder seguir acá a día de hoy.



Capítulo V: Espejo

Te miraba y no entendía.

Perdón por tratarte tan mal,
no era mi intención ser muy artificial.

Perdón por hablarte tan cruel,
no era mi intención dejarte sin miel.

Perdón por cuidarte tan feo,
no era mi intención quitarte los trofeos.

Perdón por mimarte tan poco,
no era mi intención que nos volviéramos locos.

Perdón por provocarte tantos dolores,
me hicieron creer que no merecías amores.

Pero te miro y ahora lo entiendo.

Cuánto dolor hay en el reflejo de mi espejo,
que cada año soportaba volverse más solitario y viejo.

Cuánto dolor hay en el reflejo de mi espejo,
pero prometo que empecé a sanar y ahora lo protejo.

Reflejo en mi espejo, te pido perdón por todo esto.
Gracias por aguantar, otro día más en ello.