miércoles, 30 de marzo de 2022

Perdonarnos.~


Estos últimos dos años de cuarentena he estado trabajando en mi misma, en mi salud mental y emocional, a perdonarme por aceptar el daño que me hacían otras personas sin defenderme, por dejarme usar y manipular sabiendo que podían hacerlo con esas intención, permitir que me lastimen porque me hacían creer que me lo merecía por ser insignificante. Siempre intento ver el lado bueno de la gente, de creer que no todo el mundo es interesado, desagradecido o malo, pero pocos hoy en día no son así, he notado que medida pasan los años y voy creciendo confío cada vez menos en la gente y sus intenciones, cuando alguien nuevo me habla, dice que quiere conocerme, siempre me pregunto; ¿Por qué? ¿Para qué me habla? ¿Qué espera de mí? Luego recuerdo que para mucha gente es normal socializar con otras personas de los mismos intereses o porque simplemente le llamas la atención y caes bien. Debo admitir que no he sentido la necesidad de socializar con otros desde hace unos cuatro años ya, me quedé con las personas que conocí ese último tiempo, y pues, en cuanto a hablar lo hago con la persona que hablo todos los días desde que la conozco, de la cuál me terminé enamorando y estoy agradecida de poder seguir compartiendo mi tiempo con ella a día de hoy, como si fuera el primer día, se volvió una gran amiga, mi mejor compañera, mi pareja, y casi la siento parte de mi familia de la increíble confianza que le tengo. Amo estar con ella, pasar el tiempo juntas, aunque estemos en silencio haciendo cosas distintas cada una por su lado. También tengo esas amistades con las que paso horas jugando videojuegos y contándonos nuestras vidas y cosas que hacemos. Pero recientemente he salido de mi zona de confort, cuando me ha empezado a hablar gente nueva, por este grupo de amigos con quienes juego, se me acercó una persona en particular a hablarme, contarme cosas suyas, preguntarme por cosas mías, y se sintió super agradable poder volver a socializar con alguien sin sentirme incómoda o desconfiada, me invitó a su propio grupo de amigos y literalmente hablo muy seguido con ellos, y me di cuenta que poco a poco voy consiguiendo superar mis miedos, esas inseguridades, ese temor que me habían generado a los demás por segundas intenciones o maltratos. No voy a negar que me sigue pasando de vez en cuando, pero al estar más atenta que antes suelo captarlo más rápido y alejarme en cuanto puedo.

Mentiría si digo que estoy bien como hace varios años atrás, aún me quedan muchísimas cosas por tratar, por superar, por sacar adelante. Lastimosamente perdí quién era en aquella época oscura de mi vida, no he vuelto a encajar conmigo misma, a veces extraño hacer las cosas que hacía antes, pero por alguna razón no las he vuelto ha hacer, siendo que nada me lo impide, incluso hay gente que me anima a hacerlo pero simplemente no puedo. Me paraliza la idea de volver a salir tanto como hacía antes, de estar con amistades seguidos, de sentir que molesto o que no podré con algo. 

Sigo trabajando en eso, tengo siempre en mente la idea de "One day or Day one" y ya no quiero seguir diciendo "un día" empezaré a hacer lo que me gusta, quiero decir, este es el "día uno" de empezar a hacer todo lo que me gusta de nuevo. 

Ser yo.

Estos últimos meses han pasado muchísimas cosas, demasiados cambios, altibajos en algunas relaciones y cosas personales, pero las verdaderas e importantes siguen de pie y sin problemas. Cuando estoy rodeada de gente auténtica, donde hay confianza y cariño sincero, me siento bien, tranquila y bien acompañada. Y cuando estoy sola disfruto muchísimo el tiempo de mi propia compañía, de hecho, creo que la disfruto más de lo que debería admitir, y por eso, no me suele interesar tanto salir o estar con otros ya, pero si me apetece por la idea de compartir tiempo de calidad con las personas que aprecio y crear recuerdos en conjunto. Que el tiempo pasa y no perdona, y lo vamos aprendiendo con los años, con las pérdidas, con las penas y dolores.

Puedo decir al fin, que tanto trabajo en mí misma está dando sus frutos, estoy demasiado mejor que en mucho tiempo, combatiendo aún mi ansiedad y depresión, pero sinceramente estoy contenta de sentir que estoy ganando esta pelea como una campeona. Estoy agradecida con las personas que a día de hoy se preocupan por mí y están atentas a mi bienestar, que me insisten de hablarles para recordarme que no molesto a nadie y que disfrutan de mi compañía, de verdad, gracias por todo su apoyo, sin ellos no sería tan llevadero. Les aprecio con todo mi corazón.

Espero que ustedes también estén superando sus miedos, sus inseguridades y obstáculos, recuerden comer bien, tomar agua, descansar cuando lo necesiten y rodearse de gente buena que se preocupe por ustedes tanto como ustedes se preocupan por ellos. La vida no es una competencia, es una aventura en comunidad. Cuídense mucho y tengan éxito en todo lo que se propongan. Si yo puedo, ustedes también.

Vivan, no sólo sobrevivan.