jueves, 31 de mayo de 2018

Flor marchita~

He estado evitando mucho entrar a éste sitio, quedarme mucho tiempo en él implicaría volver a ver cosas que no sé si quisiera recordar y así fue, se abrió un poco la vieja herida pero necesitaba escribir, sacar un poco de todo lo que me ha pasado durante el último año, uno muy duro la verdad, y creo que ya era hora. Me acuerdo que venía acá casi semanalmente aunque no siempre compartiera lo que escribía, porqué sí, tengo cientos de borradores que jamás verán la luz, pero ahí están, y tampoco sé si este formará parte de esos borradores ó será uno de los publicados pero bueno, eso es tema irrelevante. Lo que sí, será uno de los pocos que no compartiré para que muchos los lean como haría con una entrada normal, simplemente estará y ya.

Hace exactamente un año entré a un mundo muy oscuro, muy solitario, muy doloroso, del cual salir parecía casi imposible, no comía, no quería ducharme, no me levantaba de mi cama por días enteros en los que dormía sin parar y a veces pasaba días sin dormir intentando distraerme viendo series sin pausa alguna, quería mantener mi mente distraída pero todo era en vano. Mis amigos comenzaron a notarlo, no salía, ni hablaba con ellos, ignoraba todo tipo de preguntas de cómo estaba y demás, así que me aislé de todos y de cada uno de ellos, les dije que no me hablaran más, que quería estar sola, que no me buscaran, que no intenten saber nada de mí, hasta que yo no fuese capaz de buscarlos.
Ya no quería saber nada con nadie. Con las voces en mi cabeza ya tenía suficiente.
Cerré toda red social, eliminé cada aplicación y me cerré a mí misma de todo lo que me rodeaba.

Y fue ahí cuando empezó a crecer la tristeza en mí, fue un camino muy duro, la depresión ya no era ficticia, era lo más real que había sentido nunca. Cuando comenzás a cuestionarte el por qué deberías seguir adelante, qué es lo que vales como persona para no desaparecer del mundo, cuáles son tus motivos para intentar luchar, qué diferencia hay en que estés ó no, cómo hacer para irte sin lastimar tanto a los demás... ó si incluso les dolería que te fueras.
Si parecía que no importaba en verdad.
Ahí es el momento donde cruzaste la línea y ya no estás pensando de manera razonable.
El pensar que tu vida no tiene sentido, que has perdido tiempo y que ya no hay vuelta atrás, que tu mejor opción es rendirte y ya. ¿Cómo explicar algo así? Resumiendo, básicamente te da la sensación que estás en un cuarto muy estrecho, oscuro, helado y casi sin óxigeno donde no hay salida alguna, y ya no tenes fuerzas para intentar salir de ahí, entonces simplemente te quedas ahí, tumbado en el suelo. Pensando y hundiéndote.

Y pensar... Algo que pensaba mucho era que si me iba ya no iba a volver a sentir dolor, que ya no sufriría nunca más. En aquél entonces algo en mí murió, en una de esas madrugadas perdí una parte de mi ser, me dije a mí misma que no volvería a sentir emoción alguna, me daba igual no sentir alegría con tal de evitar sentir el dolor horrible por el que estaba pasando. Me decía a mí misma, si no me permitía sentir emociones no volvería a sufrir así, buscaba justificar mi vacío de alguna manera, y esa encajaba a la perfección. Si no siento nada de nada, ya no estaré mal pero tampoco estaré bien.
Quería que todo me dé igual... Y me dio igual, cuando llegué a ése punto creí que no regresaría de ahí y estaba bien con ello. Realmente ya no me importaba absolutamente nada.
Dormía queriendo no despertar, y despertaba con parálisis de sueños bastante seguido haciendo que no quisiera volver a dormir. Pensaba que ojalá despertase en otro lado y ya no sea yo.

Odio ser yo.

Lo más difícil fue ocultarlo para no preocupar a nadie, era complicado disimular algo tan evidente pero aún así siempre hacía como que estaba aburrida ó que me dolía la cabeza.
Era duro aguantar las ganas de llorar en casa y tener que irme a mi cuarto fingiendo que buscaba algo para desahogarme sin culpa. Lo duro de la depresión para mí es que cuando estás mal te sentís aún peor si preocupas a algún ser querido, te da la sensación que estás lastimando por estar así y no es para nada agradable. Y no mentiré si digo que si me esforcé por seguir adelante fue por mi madre, porque si fuera por mí misma... Me importa un carajo mi vida ya.
Algunos sabían que lo estaba pasando mal, pero sé que fingí lo suficientemente bien para que no supieran qué mal no era ni un poco a comparación del horrible momento que estaba pasando.

Si te preguntás cómo llegué a ése punto, es difícil resumir los últimos diez años de mi vida, son un cúmulo de cosas que fueron pasando y robándose mi vitalidad con el pasar del tiempo.
Y sacrifiqué planes de mi vida por muchas personas, terminando con un resultado peor y haciendo que quiera arrepentirme de ello, también me refugié en personas que no debía, personas que al final siempre terminan haciéndote más daño del cual te estaban protegiendo en un principio.
¿Es triste, verdad? La ironía de la vida.
Y si he decidido no irme es porque no soy egoísta, no puedo pensar sólo en mi dolor, porque si yo callo mi dolor para siempre, les dejaré uno muy feo a las personas que les puedo llegar a importar, y no tengo por qué herir a quienes no tienen la culpa del daño que me ha hecho otra gente.
Ésa es la única razón por la que sigo hoy en día acá, porque sé lo que es que alguien te deje una herida para siempre por algo así, y no quiero que jamás nadie tenga que sufrirlo por mi parte.

Entonces, realmente no es que saliera de ése agujero negro, simplemente me acostumbré a estar en él sin tener pensamientos autodestructivos todo el tiempo. El vacío sigue ahí, aún no he encontrado con qué llenarlo y tampoco es que me importe mucho hacerlo, ahora estoy lo que se puede decir bien, tengo en quienes confiar, que me den cariño y me siento cómoda con ello. Cuando estaba aislada conocí a algunas personas que me ayudaron a estar mejor sin que lo supieran, otras que lo sabían y me sacaron de mi cuarto para festejar mi estúpido cumpleaños.
Y esas personas tal vez no sepan que les debo la vida... mi vida.

Tal vez ahora sólo me falta una motivación, carezco enormemente de una. Pero por eso creo que cuando pasas por una situación así algo de vos se pierde, una parte de vos se muere y no la podes recuperar más, no queda nada que hacer, sólo seguir y seguir hasta que algún día todo esté realmente mejor, y si no, dará igual, porque ya pasaste por lo peor y sentís que no hay nada más doloroso que todo aquello que viviste. Así que no hay nada de qué preocuparse.

Una parte de mí ya le dijo
adiós a un mundo.