lunes, 17 de octubre de 2016

Azul Oscuro.~

Despierto por la madrugada paralizada en medio del sueño, sin poder moverme, sin poder gritar, sin poder cerrar mis ojos y sin casi poder respirar. A penas ha pasado una semana donde esto se repite cada noche sin cesar, unas siete veces seguidas, una detrás de otra. Cada vez que logro dormirme nuevamente gracias a la enorme fatiga que traigo acumulando por no poder descansar bien, con la mente intranquila, que me atormenta pidiendo realizar acciones que ya no me atrevo a hacer, por pensar que saldré aún más herida de lo que ya estoy y no tener cómo curarme. Sé que no estoy bien y sé que mi cuerpo no está mejor, cada madrugada me lo recuerda. Pero yo no puedo hacer nada, estoy inmóvil, me siento incapaz de hacer algo para cambiar todo lo que está sucediendo, y pienso que simplemente puedo esperar a que todo pase, sin saber si terminará bien o si terminará mal.
Lo peor es creer aún que es un sueño, que no es real, que no estoy ahí, y que pronto voy a despertar.
Pero el cuarto es negro, la noche teñida con azul oscuro y veo cosas que en cierto punto ya no sé distinguir de la realidad. Mi cama me atada, de manos a piernas, me venda la boca y me cuesta mantenerme cuerda. No sabría decir si crucé la línea de la cordura y la demencia ó si estoy bailando sobre ella cada una de estas madrugadas desoladas. Mi alma se va de mí y casi que puedo verme desde arriba inerte sobre el colchón, mostrando un rostro con pánico y tristeza, ojeras más profundas que el mismísimo océano pacífico e inundadas por las aguas más saladas del mundo, más que miedo se ve la impotencia de ser incapaz de hacer algo una y otra y otra vez.

Cuando me libero al fin, cuando vuelve mi alma a mi ser, siento que puedo moverme, gritar, cerrar mis ojos y respirar normal... Pero de todos modos no logro hacer nada. No sé si he vuelto a la realidad ó en dónde estoy en otro lugar. La calma en mí no viene del todo, porqué al estar devuelta en otro mundo cruel no puedo sentirme a gusto, un lugar en el que temo quedarme a diario, y será tal vez por eso que al momento de cerrar mis ojos temo hacerlo por quedar atrapada otra vez en un ciclo sin fin de sufrimiento interno. Si estoy despierta sé que mi mente me torturará con ciertas cosas, sin saber qué hacer, y sé que si me duermo en algún momento voy a despertar aún con mi cuerpo en aquél dichoso estado, donde en la antigüedad se creía que un demonio estaba sobre uno paralizándote para sus propios antojos, sin posibilidades de hacer nada para escaparte de ahí. Sólo puedo esperar, siempre espero, pero el tiempo se me va. Y así es como nunca consigo descansar, por no saber qué va a pasar ni qué puedo hacer para tener un mejor final ó comienzo.





Espero esta tormenta pase pronto.
Ya no sé cómo aguantar.
Ya no sé cómo actuar.
Sólo sé esperar.~