sábado, 17 de diciembre de 2016

Quererte.~

Quiero examinarte mientras estás acostada a mi lado, quiero abrazarte y sentir el calor que irradia tu cuerpo.
Quiero gustar la sedosidad de tus labios, la humedad de tu lengua y el sabor de tus besos.
Quiero oír tu azucarada voz cada día, escucharte suspirar de amor por mí
y que me pronuncies las palabras "Te amo"
Quiero percibir el roce de tus manos, el estimulante tacto de tu tez y cómo se eriza tu delicada piel.
Quiero husmear tu cabello y jugar con él, apreciar tu aroma mezclado con mi perfume,
que tengamos una esencia particular y exclusiva juntas.
Quiero entregarte mi amor, hacerte enteramente mía, darle deleite a tu vida,
y que sientas cosas incoherentes en cada rincon de tu ser.
Quiero que hallas deseo por mis caricias y contacto humano.
Quiero que tus sentimientos se fusionen con los míos.
Quiero que mi lujuria se unifique con tu perversión y hacer muchas veces el amor.

lunes, 17 de octubre de 2016

Azul Oscuro.~

Despierto por la madrugada paralizada en medio del sueño, sin poder moverme, sin poder gritar, sin poder cerrar mis ojos y sin casi poder respirar. A penas ha pasado una semana donde esto se repite cada noche sin cesar, unas siete veces seguidas, una detrás de otra. Cada vez que logro dormirme nuevamente gracias a la enorme fatiga que traigo acumulando por no poder descansar bien, con la mente intranquila, que me atormenta pidiendo realizar acciones que ya no me atrevo a hacer, por pensar que saldré aún más herida de lo que ya estoy y no tener cómo curarme. Sé que no estoy bien y sé que mi cuerpo no está mejor, cada madrugada me lo recuerda. Pero yo no puedo hacer nada, estoy inmóvil, me siento incapaz de hacer algo para cambiar todo lo que está sucediendo, y pienso que simplemente puedo esperar a que todo pase, sin saber si terminará bien o si terminará mal.
Lo peor es creer aún que es un sueño, que no es real, que no estoy ahí, y que pronto voy a despertar.
Pero el cuarto es negro, la noche teñida con azul oscuro y veo cosas que en cierto punto ya no sé distinguir de la realidad. Mi cama me atada, de manos a piernas, me venda la boca y me cuesta mantenerme cuerda. No sabría decir si crucé la línea de la cordura y la demencia ó si estoy bailando sobre ella cada una de estas madrugadas desoladas. Mi alma se va de mí y casi que puedo verme desde arriba inerte sobre el colchón, mostrando un rostro con pánico y tristeza, ojeras más profundas que el mismísimo océano pacífico e inundadas por las aguas más saladas del mundo, más que miedo se ve la impotencia de ser incapaz de hacer algo una y otra y otra vez.

Cuando me libero al fin, cuando vuelve mi alma a mi ser, siento que puedo moverme, gritar, cerrar mis ojos y respirar normal... Pero de todos modos no logro hacer nada. No sé si he vuelto a la realidad ó en dónde estoy en otro lugar. La calma en mí no viene del todo, porqué al estar devuelta en otro mundo cruel no puedo sentirme a gusto, un lugar en el que temo quedarme a diario, y será tal vez por eso que al momento de cerrar mis ojos temo hacerlo por quedar atrapada otra vez en un ciclo sin fin de sufrimiento interno. Si estoy despierta sé que mi mente me torturará con ciertas cosas, sin saber qué hacer, y sé que si me duermo en algún momento voy a despertar aún con mi cuerpo en aquél dichoso estado, donde en la antigüedad se creía que un demonio estaba sobre uno paralizándote para sus propios antojos, sin posibilidades de hacer nada para escaparte de ahí. Sólo puedo esperar, siempre espero, pero el tiempo se me va. Y así es como nunca consigo descansar, por no saber qué va a pasar ni qué puedo hacer para tener un mejor final ó comienzo.





Espero esta tormenta pase pronto.
Ya no sé cómo aguantar.
Ya no sé cómo actuar.
Sólo sé esperar.~

lunes, 18 de abril de 2016

Vivir.~♥

Por alguna razón en un momento de mi vida veía mi mundo completamente en blanco y negro lo más cercano a los colores eran las tonalidades grises que había en los jardines y cuando me veía al espejo sólo mis ojos tenían a penas un color claro semejante a la miel quemada.
Los sonidos a mi alrededor eran aturdidores y molestos cuando se presentaban, aunque la mayor parte del tiempo había un abrumador silencio del cuál ya estaba acostumbrada a que me acompañara.
Cuando olía las flores sentía más el césped, sólo si tenía mucha suerte eran de las bonitas plantas grisáceas, y aunque era muy rara vez, cuando llovía, el olor a tierra mojada me relajaba.
Casi todo me sabía pastoso al comer, y las bebidas sin gusto alguna. Era como vivir fuera de la Matrix donde siempre se alimentaban de lo mismo día tras día sin parar.
Los objetos eras ásperos, imperfectos, con pinchos, pegajosos, desagradable al tacto que daban incomodidad. Y algunos no provocaban sensación alguna.

Todo eso cambió cuando me encontraba sentada en el banco de una plaza, al cuál solía visitar seguido por los jardines, estaba dibujando bocetos desiguales del paisaje, que estaba algo cerca de mí, intentando mejorar mi técnica que mucha práctica le faltaba. De derecha a izquierda había un manzano creciendo al lado de otro manzano seguido del tronco de un árbol talado y tumbado que era ahora un hogar natural gigante para cientos de flores plantadas su parte superior, un poco detrás unos cerezos estaban juntos a otros tipos de árboles frutales y muchos arbustos rodeaban curvo varios tipos de flores por el jardín, con un camino de piedras por el pasto que conectaban distintos puntos del lugar para recorrer el lugar. Y también estaban bajo mis pies.
Los dedos comenzaron a dolerme un poco de tanto sostener el lápiz, mi mano parecía entumecida y aún así intentaba continuar, sentía el rose áspero del papel mientras observaba detenidamente las líneas y trazos hechos y corregía algunas cosas que no me gustaban, habré estado unos cinco ó diez minutos en ello y luego de echar el último vistazo a la hoja volví a levantar mi vista para continuar dicho paisaje, fue ahí cuando sucedió al fin.
La vi de perfil sentada en el suelo como indio posando su espalda contra el tronco, las copas de un cerezo estaban sobre ella y algunas hojas caían por ahí. Sostenía un libro con una tapa de objetos extraños y vestía de una manera personal. Pero eso no fue lo que más me sorprendió...

En este mundo de blanco y negro, con todo apagado, ella y solamente ella, pudo romper los esquemas y las normas de este lugar. Tenía colores, colores que resaltaban a kilómetros de distancia, se venían hermosos, fuertes y brillantes. Inconfundibles. Lo único negro que aún tenía era su cabello, su piel era clara pero no blanca, su blusa era de un color que trasmitía pasión, a diferencia que sus pantalones de jean, representaban el misterio y calma que siente uno a mirar el mar por las noches.
Tenía cosas en sus muñecas de diferentes tonalidades, estaba asombrada, ella radiaba, tenía color.
Mi mundo de un instante a otro fue coloreado con su presencia. Imaginé que de tanto mirarla se sintió observada y por eso volteó a mí. No supe qué hacer, miré mi hoja rápidamente y titubeé con mi lápiz sonrojada, escuché una leve risa que hizo que mis ojos regresaran a verla asombrada. Estaba mirándome y sonrió un poco más, cerró su libro mientras se levantaba y se dirigió hacia mí a paso lento. Era raro verla en color, era raro verla tan natural como si no supiera que resalta. Se paró frente a mí y aún no podía quitarle los ojos de encima aunque sentía que me hundía de la vergüenza.

- Hola, ¿puedo sentarme a tu lado?.- Miró mi cuaderno cuando hablaba.
- Sí, claro.- Intenté estar tranquila y seguir con lo mío, me hice a un lado para dejarle espacio y se sentó apoyando su libro en sus piernas.
- Y dime... ¿Qué dibujas?
- Los árboles, las flores, las hojas, casi todo lo que veo.-Dejé el lápiz en la hoja y cerré el cuaderno.- ¿Y qué lees?.-Miró el libro y luego volteó a mí sonriendo.

Una tranquila conversación se presentó y medida pasaba el tiempo siguió fluyendo y cada vez más mi corazón se llenaba de emoción y alegría. Teníamos tanto en común que daba miedo pensarlo mucho.
Había notado que sus voz era muy agradable al oírla, relajaba mis músculos haciendo olvidarme de todo el mal. Tenía un aroma muy dulce que deleitaba mi sentido y me hacía imaginarme un mundo mejor. Mis ojos ya se acostumbraban a verla colorida, eran experiencias nuevas que me estaban encantando y no podía dejar de disfrutar, ni quería hacerlo. Aunque ya era hora de irme, tuve que despedirme un poco triste pero contenta a la vez por haberla conocido.
Cuando llegué a mi casa, no podía dejar de pensar en ella, como era tan distinta al resto, era única y no podía sacarla de mi mente, ansiando que llegase el otro día para volvernos a ver como quedamos en el mismo lugar. Fue increíble, nunca me había divertido tanto con alguien ni conectado tan bien.
Han pasado muchos años desde aquél día, recuerdo tres años después de eso estábamos conversando profundamente de sensaciones, pensamientos y sentimientos nuestros y no pude evitar contarle que yo la veía de una manera especial, que con ella sentía lo que con el resto del planeta no, que había activado varios de mis sentidos... Se sorprendió al oírme pero por suerte pareció algo bueno que lo dijera. Me miró feliz a los ojos con algo de curiosidad y no pudo evitar acercarse más a mí mientras caminábamos en aquella noche por la ciudad inundada de luces y muy pocos locales abiertos siendo esa la razón principal por la que transcurriera a penas algo de gente por allí.

- ¿Cómo sería eso?.- Preguntó mientras seguíamos caminando la una al lado de la otra por la vereda.
- Es como si mi mundo estuviera totalmente en blanco y negro.- Lo dije, suspiré fuerte e intenté calmar mi acelerado corazón pero era algo casi imposible de lograr.
- ¿Ves todo el mundo así?.- Volteó a verme sorprendida.
- Sí, todo...-Intenté contenerle la mirada pero no pude y voltee al suelo:- Todo es igual, a excepción de algo.
- ¿De qué?.- Quedó un tenue silencio, y me detuve.
- De ti... Tú eres la única que tiene colores, como si en un mundo sin sonidos tu emitieras una bella melodía, que el único aroma dulce proviniera de ti, que al tocarte sintiera la suavidad de los pétalos de las rosas más oscuras y suaves. Revivís casi todos mis sentidos.
- ¿Casi?.- Regresó para verme y se paró frente a mi rostro.

La temperatura de mi cuerpo comenzó a elevarse rápidamente, tragué saliva y suspiré levemente viéndome en el reflejo de sus ojos hasta que volví a contemplar sus rasgos, sus lindos y brillantes colores, la melodía tierna de su respiración y su acaramelado aroma que se volvía más fuerte.
Mis manos fueron lento a sus mejillas, se apoyaron despacio y mis pulgares acariciaban con ternura su piel hecha de delicados pétalos, su mano izquierda tomó mi antebrazo derecho y su otra mano libre me sujetó de la cintura provocando que nuestros cuerpos se acercaran cada vez más y más. Relamió sus carnocitos labios antes de tomar una bocanada de aire y vaciar sus pulmones, suspiré de igual manera.
Paulatinamente abordaba mi boca hacia la suya hasta que ella se apoderó al final de mis labios abrazándolos con los suyos en un largo beso. Mi cuerpo liberó la tensión cerrando mis ojos como ella y mi corazón palpitaba tan fuerte que si no lo detenía iba a explotar, pero se sentía tan delicioso y cálido. Me daba cortos y suaves besos con ternura, acción que provocaba mil mariposas que daban inquietas cosquillas a mi estómago. Los presionaba sutilmente y me dejé llevar, de pronto su boca colocó de manera fuerte un beso que hizo que abriera un poco mis labios, y a través de ahí, tímidamente su lengua se infiltró. Si las sensaciones estaban siendo imponentes, ahora sentía que iba a desplomarme por completo. Tocábamos nuestros labios una y otra vez, nuestras lenguas jugueteaban un coqueto ritual apasionado como el mismísimo fuego. Parecía querer demostrar quién era más rápida, más placentera y más profunda. Sentí el sabor más azucarado en el universo, fueron los minutos más exquisitos y largos de mi vida desde hacía años. Me había completado al fin, tenía todo de vuelta en mí gracias a ella. La rareza más elegante y majestuosa de mi vida.
Su lengua se despidió en una leve caricia de la mía, nuestros labios se sujetaron por última vez en un delicado beso y volvimos a respirar juntas donde nuestros alientos cálidos se mezclaron.
Y nos llenamos de amor increíblemente puro y hermoso.

Sé que el abrazó que nos dimos después de aquél beso
hizo que vuele a un mundo nuevo, lleno de vida.
Y desde hace dos años ella me ha ayudado a colorear todo mi mundo,
pero aún es la única persona que tiene color en él, y sé que sólo ella siempre lo tendrá.






Amar como la luna ama estar en las noches oscuras, 
y que a pesar de no siempre llegar a ver su amado sol
sabe que siempre estará ahí para ella.~

domingo, 17 de abril de 2016

El Salto.~♥

Vi que venía hacia mí, en realidad, yo la estaba esperando en la entrada de su casa junto a las pequeñas escaleras frente a su puerta.
- ¿Qué sucede? Luces enferma.-dijo mirándome preocupada a los ojos,
- Bueno, yo... tuve la noche más perturbadora.-le decía con mi vista plantada al suelo.- Yo... vi...-respiré profundo, como si el alma intentara escaparse de mí al recordarlo.- No... no sé lo que vi. Quizá fue sólo un sueño.-contesté al fin observando sus cálidos ojos llenos de dudas.- Entonces yo, uhm, vine a ver si ésto, también, era un sueño. Que te dignes a casarte conmigo.-sonriéndole al fin un poco tímida.
- ¿Estás segura que tu amor por mí no es el sueño, del que despertarás cualquier día?-Su voz sonaba algo quebradiza temiendo una dolorosa respuesta.
- No en esta vida, ni después.-mi sonrisa cada vez era más notable, y comencé a acercarme a ella.- Mi corazón es por siempre tuyo. Estoy segura de ello. En el amor, ahora entiendo la fe, y con mi fe, yo ahora empiezo a entender el amor.-comencé a tocar su largo y oscuro cabello con mis finos dedos.
- ¿Cómo es eso?-preguntó sin quitarme los ojos de encima.
- El salto.-su rostro reflejaban desentendimiento.- En el amor y la fe, las pruebas sólo te llevan hasta cierto punto.-comencé a subir los tres pequeños escalones frente a su puerta.- Y, entonces, ahm...-llegué al último y sólo la miré.- Entonces...- Abrí mis brazos extendiéndolos y di un pequeño brinco de nuevo al suelo delante suyo. Volteé lentamente a ella quién me miraba con una sonrisa adorable y levemente sorprendida.
- Y tras el salto, ¿entonces qué?.-su rostro volvió a apagarse.- ¿La caída?.-parecía querer llorar.
- No.-me acerqué a ella detenidamente, y mis manos la tomaron de su dulce rostro, con mis ojos en los de ellas dejando a relucir sin miedo mi amor, y dije sin titubear:- Vuelo.
Noté sus ojos brillar, y sin resistirme acerqué mi rostro al suyo con delicadeza, y posé con suavidad mis labios sobre los suyos, besándola sin más palabras que decirle, demostrándole de esa manera que mi corazón era incondicional para ella por el resto de mis días y vidas existentes.
Tras esa pasión y emoción compartida nos separamos, riendo levemente al observar nuestro alrededor. Acaricié su cabello, y mi mano se deslizó por su rostro, bajando por su hombro y mientras más me alejaba para marcharme más recorría su brazo hasta el final donde nuestros dedos fueron los últimos en despedirse. Vi cómo sonrió, dejándola segura y satisfecha de mis emociones.Y yo, feliz de saber que no era un sueño imaginario, era un sueño hecho realidad.


Cuando encuentras a tu otra mitad, aún siendo tan diferente de ti y a veces tan iguales, sientes que estás al fin completa. No completa de esa manera que crees estar con cualquier otra persona, no, en ésta ocasión única notas que es diferente, más fuerte, verdadero y puro. Sabes que por esa mitad darías lo que fuera, sin pensarlo dos veces porque sabes que has encontrado lo imposible y ahora debes cuidarlo para no perderlo y que sea para ti siempre y por siempre. Porque es una conexión que temes no volver a tener nunca más con nadie, y ahí es donde te das cuenta que no hay alguien más en el mundo más perfecto para ti, que esa persona. Tu otra mitad.

Hoy quiero decirle nuevamente a esa mitad:

Feliz Aniversario, Amor. Gracias por todo lo que haces por mí, sos mi heroína favorita quien hace todo sin pedir nada a cambio, y esto es el breve adelanto que tengo para usted. Y que dejes de ponerme carita de Weasley porque tu manera de mostrar amor es otra y no es por escrito, éso es mío, no me lo robes, hahaha. El cariño que me brindas día a día y con esos detalles que sueles tener conmigo son más que suficiente para mí. Siempre me haces muy feliz y eso es lo que me gusta de ti.
Te amo muchísimo, hermosa, por muchos años más juntas, miles y millones más.~♥